domingo, 26 de mayo de 2013

Las tropas chinas sufren el trastorno de estrés postraumático en el Tíbet

La batalla para mantener a los tibetanos bajo control está infligiendo graves daños psicológicos en la policía armada china, según ha revelado un documento interno de entrenamiento.
Por Malcom Moore, Beijing
The Guardian (UK)
21 de mayo de 2013
El manual de capacitación filtrado, de 25 páginas se le dio a los miembros de la Policía Armada, la cual está encargada de mantener el orden en las zonas tibetanas de la provincia de Sichuan.
Entre los consejos que ofrece, hay muchas maneras de combatir la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) de las tropas paramilitares involucradas en las atrocidades recientes.
Una sección se titula: "¿Cómo se debe tratar con los recuerdos de episodios brutales?" Se refiere específicamente a un incidente en el condado de Aba el 16 de marzo de 2011, cuando un monje tibetano llamado Phuntsok se auto-inmoló en un mercado y una protesta el 18 de marzo de 2009 en los condados Seda y Ganzi; donde la policía armada china, enfrentada por los tibetanos que protestaban, disparó contra la multitud.
"Para algunos de los soldados que se unieron a estas operaciones, pueden haber escenas brutales que vuelven a aparecer en su mente, provocando pesadillas e insomnio. Son los llamados recuerdos, un síntoma de trastorno de estrés postraumático", señala el manual.
"Si usted está sufriendo flashbacks  (recuerdos repentinos), debe cerrar los ojos e imaginar que va a ampliar la escena como una cámara. Puede sentirse incómodo. Luego haga un enfoque completamente hacia fuera hasta que usted no pueda ver nada. Luego dígase el flashback se ha ido."
El manual fue descubierto y distribuido por el Centro Tibetano para los Derechos Humanos y la Democracia (TCHRD), una organización no gubernamental integrada por los tibetanos en el exilio en Dharamsala, que dijo que puso de manifiesto la falsedad de las afirmaciones de que la vida es "armoniosa" bajo el dominio chino.
Desde febrero de 2009, al menos 109 tibetanos se han prendido fuego en señal de protesta, de los cuales al menos 89 han muerto.
El manual también aconseja a las tropas que para evitar la depresión que salgan a caminar, que escuchen música, que practiquen deportes y juegos de cartas y que escriban un diario. Dice que si los oficiales comienzan a "no sentir nada" con el mundo que les rodea, que deberían poner un ramo de flores silvestres en su habitación.
Dos psiquiatras militares dijeron que equipos especiales han estado haciendo viajes al Tíbet y a las zonas tibetanas de China en la última década, y que a veces pasaban meses brindando orientación a las tropas chinas.
Uno dijo que la falta de oxígeno a gran altura puede "reducir el pensamiento racional y dar lugar al mal humor o a la depresión". En marzo, siete equipos de la Tercera Universidad Médica Militar en Chongqing visitaron diversas áreas tibetanas para realizar estudios psicológicos y tratar a más de 1,000 personas. El número exacto de tropas de la PAPy del Ejército Popular para mantener el orden en el Tíbet es desconocido.
Un artículo publicado en febrero en  el Diario de Medicina Clínica Moderna, sugería que debe haber equipos de psiquiatras "en todos los niveles de las fuerzas" de la provincia de Qinghai.
Chuke Wu, un profesor de la Universidad de las Minorías Étnicas en Beijing ridiculizó la idea de que las tropas chinas estén sufriendo psicológicamente de las políticas en el Tíbet.
"Cualquier persona sensata sabe que lo que experimentan en el Tíbet puede ser peor que en el resto de China. Los problemas psicológicos no pueden ser significativos para ellos. ¡Son policías armados! Deben haber visto cosas peores".
A medida que China lucha para contener los problemas en las áreas tibetanas, las autoridades han introducido un nuevo sistema de vigilancia microscópica para vigilar a la población étnica y reducir el riesgo que las tropas estén expuestas a incidentes traumáticos.
Se indica en un informe anual en febrero, que la gestión de "rejilla" divide al Tíbet en unidades de tan sólo cinco a diez casas, cada una de las cuales está vigilada por al menos por cinco miembros del personal administrativo y de seguridad, según Human Rights Watch.
El personal también se encarga de la recopilación de información acerca de sus redes con el fin de cortar los problemas de raíz.  Las declaraciones oficiales en el Tíbet elogian el nuevo sistema como "que aumentan los factores armoniosos y reducen al mínimo los factores de falta de armonía", mientras que Yu Zhengsheng, miembro del Comité Permanente del Buró Político de China, dijo en febrero que la ‘rejilla’ formaría "redes en el cielo y trampas en la tierra".
 

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