miércoles, 6 de marzo de 2013


Un Palacio de altura


El Tibet tierra misteriosa donde en sus escarpados rincones se conjugan el misticismo y la hermosura de lo terreno; y sobresaliendo en la colina roja el palacio Potala.
También llamado segunda montaña Putuo fue construido por orden de el rey tibetano Sontsan Gampo en el siglo VII; Con una extensión de 130.000 metros cuadrados se ubica a 3.700 metros de altura sobre el nivel del mar en el amplio valle del río Lhasa lo hizó construir para la princesa Wen Cheng de la dinastía Tang a quien tomaria por esposa luego de tener que participar en una competencia propuesta por el emperador Taizong para escoger al pretendiente digno de ella; para ello envió a su funcionario Lu Dongzan quien ganó para el rey de manera muy sabia la mano de la princesa esta historia se encuentra brevemente descrita en los murales. Su construcción, en un momento en que la rueda todavía no había sido introducida en Tíbet, supuso que todas las piedras tuvieron que ser llevadas por burros o a la espalda de los operarios los cuales sumaban más o menos 7.000 más 1.500 artistas y artesanos.

Destruido por las guerras fue reconstruido en el año 1648 por Lozang Gyatso quinto Dalai Lama, sirvió como residencia al Dalai hasta 1950 cuando el XIV y actual Dalai se exilia en la India en el palacio de verano el Norbulingka tras la invasión China, a su vez alberga los restos mortales de quienes le antecedieron al actual; en un salón que contiene las stupas o monumentos funerarios.

Actualmente es una hermosa construcción de 13 pisos que abarcan 117 metros de altura, tiene más de 1000 habitaciones, 10.000 capillas y 200.000 estatuas. Se encuentra enclavada en las rocas conformada por El Palacio Blanco ubicado al sur que consta de 7 pisos y corresponde a la residencia del Dalai.
En el centro se encuentra el palacio rojo construido en 1694 que consta de 6 pisos en esta edificación se encuentran las stupas de 8 de los 14 Dalai destacando por su imponencia la del V que es la primera, elaborada en oro y piedras preciosas, ésta se encuentra en El Gran Salón del Oeste que es el más grande del Palacio Rojo. En él se conserva un tablero con la inscripción “Yong Liang Chu Di”(Centro Sagrado del Budismo), escrito por el emperador Qianlong, y dos telones inmensos de brocado bordado, obsequiados al Dalai Lama por el emperador Kangxi (1622-1721). Se dice que para confeccionarlo kangxi ordenó establecer un taller especial, donde los trabajos duraron un año. A partir del Salón Oeste y atravesando la galería de pinturas se llega a la capilla Qujiezhupu (la gruta donde el rey Sontsan Gampo se perfeccionaba en la Doctrina Budista).
Ante la ausencia de los monjes que otrora pasearan por sus pasillos hoy día funciona como museo donde se puede encontrar el apartamento del actual Dalai tal como quedó en su apresurada huida, algunas habitaciones se encuentran cerradas pero las que no conjuntamente con las terrazas nos brindan una vista hermosa la del valle de Lhasa que se extiende delante de él como brindándole reverencia y que únicamente se ensombrece cuando en aquel panorama emerge la prisión de Drapchi para recordar las condenas arbitrarias a que muchos fueron sometidos.
Su arquitectura, pintura y estatuaría son únicas y variadas, y los estilos tibetanos se entremezclan con los indios, nepalíes y chinos. La decoración de algunos de sus salones, así como el esplendor de muchas de sus estatuas y pinturas, lo convierten en un tesoro del arte tibetano y budista, pues, además del arte propiamente tibetano, alberga muchas imágenes obsequiadas a los Dalai Lamas por distintos monarcas extranjeros.

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