LABRANG JIGME, NUESTRO HÉROE ¿DÓNDE ESTÁS?
Por Woeser
Lama Jigme de 46 años, solía ser vicedirector de Gestión del Monasterio de Labrang. Cuatro años atrás, apareció en el Programa de TV Tibetano de la Voz de América. Exhibiendo su verdadero rostro, su verdadera voz y su verdadero nombre, habló sobre las realidades de opresión que los tibetanos enfrentan. Debido a esto, el pueblo tibetano lo reconoció como su héroe, nominándolo “Labrang Jigme”.
Él pagó caro ser un héroe. Aunque, como tal, se introdujo en esto con un claro conocimiento de las consecuencias. Durante los últimos 5 años, ha sido detenido 4 veces: la primera, en 2006, luego de viajar a India y recibir las enseñanzas de Kalachakra del Dalai Lama; la segunda, en 2008, por incitar a la protesta a los monjes; la tercera, por el video en el que expuso la opresión en la región, obteniendo su liberación tras la intervención de dos abogados chinos. Su cuarto arresto tuvo lugar el 20 de agosto del año pasado, por el que aún está en prisión, a pesar de que ya ha sido condenado, la pena de prisión aún no ha sido determinada por los tribunales.
Después de su cuarto arresto y encarcelamiento, Lama Jigme ganó una tremenda popularidad y respeto entre los tibetanos, particularmente por sus series de escritos personales. El segundo día después de su último arresto, más de 50 policías allanaron sus habitaciones en el monasterio de Labrang, tomaron su computador, su teléfono móvil, y un cd donde él había guardado las enseñanzas budistas e imágenes del Dalai Lama.
Desde su arresto se le ha permitido recibir la visita de un familiar solo una vez. Fue la de su hermano mayor, Sonam Tsering. Al Lama solo se le permitió decir una sola frase (directamente) a su hermano: “Ve y apela por mí… encuéntrame un buen abogado y demandemos a estos policías”.
Fue solo recientemente que el hermano de Jigme estuvo en condiciones de contratar dos abogados en Beijing. Cuando ambos viajaron a la prefectura de Tsoe, la corte les informó que el delito de Jigme era “Sospecha de Instigación al Separatismo”, y que las audiencias habían tenido lugar 6 meses antes y habían sido manejadas por dos abogados locales. Lama Jigme fue sentenciado inmediatamente después de la audiencia. Aparte de esto, la salud de Lama Jigme se ha deteriorado y un doctor de Lanzhou ha comenzado su tratamiento. Los dos abogados fueron forzados a retornar a Beijing.
Recientemente, un escritor tibetano de Amdo, en un ensayo titulado “¿Dónde está Akhu Jigme?” escribió, “¿Dónde está nuestro héroe Labrang Jigme? ¿Dónde los fuertes hombros que exhibían heroísmo? ¿Dónde la atronadora voz de la justicia? ¿Cuándo emergerás de nuevo, como el león de nieve, desde dentro de las montañas?”
3 de agosto de 2012
EL TESTIMONIO DEL HERMANO MAYOR DE LAMA JIGME
Fui al local de la Oficina de Seguridad para pedir visitar a mi hermano menor, Lama Jigme, tenía algo de comida para darle, y finalmente el permiso me fue otorgado. Esto fue en un día de noviembre de 2011, alrededor del 4.
Tres oficiales de policía me llevaron a un hotel para reunirme con Lama Jigme. Luego de entrar en la habitación, le pregunté a mi hermano por su salud, dijo que no estaba en buen estado. Después, le hizo a los policías unas pocas preguntas: “¿Por qué me han traído aquí?, ¿es solo para darme la comida?, ¿qué están planeando hacer?”
Un policía respondió que la razón por la que lo habían llevado allí era “solo para recibir la comida”.
Lama Jigme dijo: “Bien, dejen la comida aquí y llévense a mi hermano”. A lo que el policía respondió: “Deberías hablar con tu hermano”.
Lama Jigme dijo: “No tengo nada que decir. Si esto es realmente para entregarme comida, entonces déjenla y llévenselo. Pero si él vino a visitarme, ¿por qué necesitan filmar y tomar fotos de una reunión privada? Ayer, dije que no me sentía bien, entonces le dijeron a un doctor que me viera. Ustedes filmaron y fotografiaron todo el proceso de examinación. Pero al final, no recibí ni siquiera una gota de medicación”.
Y continuó: “Hoy, mi hermano mayor viene a verme y ustedes están haciendo un viejo truco. Quieren publicitar este material visual para entonces afirmar que Lama Jigme está en buen estado, que es bien cuidado y que incluso se le permiten visitas de sus parientes, ¿no? Les digo que no necesito que nadie me traiga comida, no necesito que mi hermano me visite, y tampoco quiero vivir en un hotel. Si creen que soy un delincuente, envíenme a un tribunal para un juicio. Si realmente cometí un delito, bien entonces con gusto aceptaré mi sentencia, incluso si es una sentencia a muerte. Han pasado dos meses y quince días y ustedes no han conseguido acusaciones contra mí. Yo no quiero estar en su hotel ni un minuto más”.
“Ustedes dicen que no nos está permitido orar a Su Santidad el Dalai Lama, pero no hay tibetanos que no tengan fe en el Dalai Lama y el Panchen Lama. Si encuentran un tibetano que no tenga fe en el Dalai Lama y en el Panchen Lama, él debe ser como ustedes, un ciego seguidor del PCC”.
Más adelante dijo: “cualquier nacionalidad e individuo siente y retiene un sentido de orgullo cuando se trata de tradiciones y cultura, con el pueblo chino es lo mismo. Si alguien no siente orgullo sobre sus tradiciones, significa que esa persona ya está perdida. Soy alguien que reverencia profundamente las tradiciones tibetanas, por eso estoy determinado de todo corazón a mantenerlas”.
“La policía me dijo que no se me permitía reunirme con extranjeros, entonces nunca me reuní con ninguno. La policía me dijo que no me estaba permitido reunirme con los reconocidos escritores Woeser y Wang Lixiong que viven en Beijing, entonces nunca me reuní con ellos. Seguí las órdenes que la policía me había dado, nunca fui a un lugar que estuviera en la lista de lugares a los que no debería ir, nunca me reuní con nadie que ustedes no querían que me reuniera. ¿Por qué están gastando tanto dinero en mí? ¿Por qué gastan tanto dinero en dejarme viviendo en un hotel con 4 o 5 personas vigilándome 24 horas al día, 7 días a la semana?
Mientras estuve de pie junto a mi hermano escuchándole decir estas cosas, sentí ganas de llorar pero no tenía lágrimas. Todas las veces que había ido a la Oficina de Seguridad, le di mi opinión a la policía y les pedí que me dijeran qué delitos había cometido mi hermano. Nunca me dieron una respuesta explícita. Mi hermano es inocente.
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