miércoles, 10 de abril de 2013


El molino tibetano de oración



“Om mani padme hum” repiten hasta la saciedad  miles de tibetanos en sus incansables vueltas al  Templo de Jokhang ,  el más famoso de los templos budistas de Lhasa en el Tíbet, el centro espiritual de la ciudad. Es la zona conocida como Barkor,  el verdadero corazón de la ciudad.

Mientras rezan sus mantras  no dejan de dar vueltas a sus molinos de oración, siempre  en el sentido de las agujas del reloj.

Monjes tibetanos cantado mantras.

Los hay de todos tipos y tamaños, desde algunos que caben en la palma de la mano hasta algunos enormes que se encuentran en monasterios y hasta los hay movidos por sistema eléctrico o por la  agua de los ríos.

Algunos llevan en su interior unos pergaminos con mantras escritos a mano, normalmente en su antiguo lengua, el sánscrito, pergaminos que pueden llegar a tener de diez a doce metros de longitud perfectamente enrollados en su interior y que con el movimiento elevan al cielo sus oraciones y plegarias.

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