ACTITUD CHINA HACIA LAS INMOLACIONES EN TÍBET
Tibet.net
Por Thubten Samphel
4 de setiembre de 2012
La Antigua China erigió la Gran Muralla para mantener fuera a los bárbaros. La China Moderna ha erigido el Gran Cortafuegos para impedir que los pensamientos bárbaros infecten la salud de los ciudadanos de la República Popular. Como a la antigua muralla, al Gran Cortafuegos se le ha hecho una brecha. Los exilados tibetanos han iniciado una conversación con los internautas de China que tiene el potencial de moderar la política de Beijing hacia los tibetanos y otras minorías.
Un tema candente de discusión entre los tibetanos exilados y los chinos es la ola de terribles muertes que envuelven al Tíbet hoy. Hasta ahora, 51 tibetanos se han quemado a sí mismos desde el 2009. Todos ellos pidieron por libertad en Tíbet y el retorno de Su Santidad el Dalai Lama a su patria. Cuando se informó de estas autoinmolaciones, la reacción de los internautas chinos fue de shock e incredulidad. Incluso cuando se les enviaron imágenes de las autoinmolaciones, el sentimiento de la mayoría de los internautas chinos fue “esto no puede estar sucediendo en China”.
Enterradas en el sentimiento generalizado de incredulidad están también las expresiones de apoyo y comprensión, dice Tsering Wangmo, quien dirige Drelwa, una ONG tibetana con sede en Dharamsala, la sede de Su Santidad el Dalai Lama en el norte de India. Drelwa está integrada por 6 tibetanos que hablan chino, quienes diariamente superan el Gran Cortafuegos de China para llevar a cabo conversaciones con los internautas de China. Un internauta escribió “Ustedes tibetanos no están solos. Nosotros estamos absolutamente frustrados por la suba en los precios de la comida y alquileres. Aunque no hemos escuchado sobre las autoinmolaciones, entendemos las razones de la frustración que resulta de la pérdida de la esperanza”.
Otro culpó al Partido Comunista Chino por los crecientes casos de tibetanos recurriendo a la autoinmolación. Dijo: “el PCC esconde la verdad y difunde información distorsionada. El PCC reprime no solo a los tibetanos, mongoles y uigures sino también al pueblo chino. El pueblo chino no conoce la verdad porque todos los canales de información libre están bloqueados. Para resolver todos estos problemas, China debe recorrer el camino de la democracia”.
Estos son algunos de los sentimientos de apoyo y compasión susurrados más allá del radar de la censura de China y bajo el ruido del chateo por Internet en China.
Otros abiertamente expresan lo que sienten sobre las autoinmolaciones que ocurren en el Tíbet. Por ejemplo, en una entrevista para la revista Foreign Policy en su número de setiembre-octubre de 2012, Ai Weiwei, el artista chino más famoso del mundo, hizo estos comentarios: “La única excepción es Tíbet, por sus recursos naturales, pero los tibetanos se están prendiendo fuego a sí mismos. Ya más de 40 de ellos en los dos últimos años y nadie habla sobre ello”.
Cuando se le preguntó si él había estado en Lhasa, Ai Weiwei dijo: “No. Me sentiría avergonzado de ir. Creo que respetar a los tibetanos es no tocarlos, dejarlos solos”.
Ran Yunfei, uno de los intelectuales más abiertos de China, en una entrevista con Ian Johnson para New York Review of Books dijo: “Los comunistas verdaderamente destruyeron la religión. Ellos no la entienden para nada. Miren al Tíbet. Les dije a los guobao (agentes de seguridad del Estado) “ustedes muchachos han ido demasiado lejos. No les permiten colgar retratos del Dalai Lama. Ustedes no tienen fe, por eso no entienden. Por eso los tibetanos están muy enojados y deprimidos. Y entonces ustedes van a los templos y en cambio, cuelgan retratos de Mao y Jiang (Zemin) o Hu (Jintao). ¡Ustedes se han pasado de la raya! Esto no está bien. Piensen en ello. No me extraña que se prendieran fuego”.
A raíz de las protestas generalizadas y sostenidas que estallaron en Tíbet en 2008, la expresión de compasión de los intelectuales chinos hacia los reclamos de los tibetanos fue fuerte y clara. Una carta, firmada por destacadas luminarias de China, entre ellos el encarcelado Nobel, Liu Xiaobo, y otros 340, instó a las autoridades chinas a mantener un diálogo directo con el Dalai Lama para resolver la cuestión. De modo similar, en mayo de 2009, Gongmeng, una firma de abogados de Beijing que defiende el estado de derecho, publicó un detallado informe de investigación de las causas del descontento tibetano. Se citó al fracaso de la política de China como la causa más importante. El informe recomendaba a Beijing que en el futuro basara su política en el Tíbet, en las aspiraciones de los tibetanos.
Su Santidad el Dalai Lama se unió a esta conversación en 2010, respondiendo preguntas sobre su sucesor, su enfoque para resolver la cuestión del Tíbet, con Beijing, la naturaleza de la autonomía para el Tíbet, si los tibetanos adherirían a la no-violencia después de su muerte y las relaciones entre los tibetanos y los chinos. 1543 chinos enviaron 326 preguntas. 12771 internautas votaron por las 10 preguntas finales, las que fueron respondidas por el líder tibetano.
Yu Jie, ahora en exilio en los Estados Unidos, autor de Wen Jiabao: El Mejor Actor de China y de una biografía de Liu Xiaobo, comentó sobre el hecho diciendo: “La escala de diálogo no es tan grande, solo varios miles de participantes. Sin embargo, creo que su influencia e impacto se está haciendo más y más grande. Un día toda la propaganda distorsionada sobre el Dalai Lama y la verdad en Tíbet, será derrotada”.
Dada la situación política actual de China en la que el primer ministro de la nación está llamando a una reforma política absolutamente necesaria, estas voces de moderación y tolerancia pueden delinear las actitudes de China hacia Tíbet. Li Yuanchao, director del Departamento de Organización que supervisa las designaciones de funcionarios y un fuerte candidato al Comité Directivo del Politburó, recomienda a las autoridades “cumplir con la voluntad del pueblo”. Si estos sentimientos de los líderes chinos son traducidos a la política, hay una real esperanza para China y sus minorías.
Para otro grupo de chinos hay una atracción diferente hacia los tibetanos. Es el budismo tibetano. Chinos jóvenes y pudientes se han vuelto hacia el budismo tibetano, invitando a lamas tibetanos a sus hogares, uniéndose a monasterios en el Tíbet e incluso yendo a la India para asistir a las enseñanzas de Su Santidad el Dalai Lama. Este año en enero cuando el Dalai Lama dio un conjunto de enseñanzas budistas en Bodh Gaya, en el norte de India donde el Buda consiguió la iluminación, más de 1000 chinos asistieron al evento.
Estas dos líneas de conversación que los tibetanos están llevando a cabo con los chinos, constituyen una gota en un océano. Sin embargo, si se les permite crecer hasta su completo potencial dentro de una China evolucionada y cada vez más pluralista, esta conversación ayudará positivamente a moldear el trato de China a sus minorías.-
Thubten Samphel es el director del Instituto de Política del Tíbet, con sede en Dharamsala.
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