Cómo Un Caso De Desaparición Podría Probar El Compromiso De La China Post Transición Con El Estado De Derecho
The Huffington Post
Por Steven W.Barness
16 de agosto de 2012
Una cuestión clave en la transición del liderazgo del gobierno chino de fines de este año, es cómo una potencia emergente China puede lograr niveles internacionalmente aceptados de respeto e implementación del estado de derecho para beneficio de su gente. Con toda la atención puesta todavía en el escándalo de Bo Xilai y las circunstancias que involucraron a los críticos del gobierno, Ai Weiwei y Chen Guangcheng aún en curso, un caso por mucho tiempo inadvertido podría servir como barómetro para el futuro de China en esta área.
Gendun Choekyi Nyima tenía solo seis años cuando en 1995, él y miembros de su familia fueron detenidos en Tíbet y llevados en “detención preventiva” por el gobierno chino. Más temprano ese año, el Dalai Lama declaró que el niño era la reencarnación del Panchen Lama, el segundo líder más influyente del budismo tibetano, luego de la muerte del Panchen Lama anterior en 1989. Su paradero permanece como un secreto de estado bien guardado.
Ninguna fuente exterior confiable conoce dónde está o cuál es su condición, aparte de algunas crípticas declaraciones emitidas a través de los años por el gobierno de China, el que recientemente afirmó que Gendun Choekyi Nyima –ahora de 23- está en la China continental y no quiere ser perturbado. “Es un recuerdo sobre cuán excepcionalmente eficaz y capaz es el estado chino cuando tiene una prioridad de seguridad, cuando quiere esconder a alguien o mantener algo en secreto”, dijo Robert Barnett, director del programa de Estudios Modernos Tibetanos de la Universidad de Columbia.
El Panchen Lama, como el Dalai Lama, es una figura esencial para los tibetanos, y juega un papel en la identificación de los candidatos a ser el próximo Dalai Lama. Lobsang Nyandak Zayul, el representante del Dalai Lama para las Américas, expresó que el paradero y condición de Gendun Choekyi Nyima “son de gran preocupación para el pueblo tibetano”, cuyo derecho a interactuar con su líder espiritual ha sido arrebatado.
Poco después de la detención de Gendun Choekyi Nyima y su familia, el gobierno de China identificó otro niño tibetano como el Panchen Lama “oficial”, cuyas raras y cuidadosamente manejadas apariciones públicas a la fecha han estado marcadas con públicas declaraciones de apoyo a China y a la estabilidad del estado.
¿Por qué el gobierno chino, que es oficialmente ateo, se involucró en un caso de sucesión del liderazgo religioso? China ve al Dalai Lama –líder espiritual del budismo tibetano y, hasta el año pasado, cabeza del gobierno en el exilio del Tíbet- como una amenaza separatista.
Se trata no tanto de religión, según The Economist, “China tiene sus ojos en una lucha compleja que se librará” una vez que el actual anciano Dalai Lama muera. “Con la designación de su propio Panchen Lama, China quiere elegir al sucesor del actual Dalai Lama y buscar controlarlo”. Beijing está preocupada de que el Dalai Lama y sus partidarios en el exilio apoyen otro candidato percibido como el líder espiritual de los tibetanos.
Es una historia complicada con raíces en los reclamos de China de histórica soberanía sobre el Tíbet. Las implicaciones son enormes, pero los hechos básicos son simples: el gobierno chino detuvo a un niño de seis años y a su familia 17 años atrás y nadie los ha visto públicamente desde entonces. En prácticamente todos los niveles nacionales o internacionales, esto es ilegal y moralmente atroz. ¿Qué se puede decir sobre el estado de derecho en China si la gente puede desaparecer tan fácilmente?
Mientras tanto, las circunstancias para los tibetanos han empeorado. Las autoridades chinas sofocaron agresivamente los disturbios de 2008, y en los últimos 18 meses, 45 tibetanos –monjes, monjas y personas comunes- se han autoinmolado en protesta por las duras políticas de China. A principios de este año, China instaló monitores del gobierno en casi todos los monasterios en Tíbet en un esfuerzo por impedir actividades separatistas, y el último mes Human Rights Watch informó sobre restricciones en las noticias e información accesible para los tibetanos dentro de China, para impedir las opiniones del Dalai Lama y sus seguidores no controlados por el gobierno chino.
Según Barnett “esto es mucho más profundo que solo el tema de cómo controlar la mecánica de la designación del próximo Dalai Lama” explicando esto como un intento de establecer la estabilidad en el Tíbet, por un lado “el Partido Comunista reconoce que no puede ganar a los tibetanos solo por argumento, ideología o beneficio económico. Ellos creen que tienen que tener un gran líder tradicional o religioso como un títere que avale sus reclamos al pueblo tibetano”.
El más grande valor político para el gobierno chino en tener un Panchen Lama casi oficial es que él puede ser exhibido “no para las audiencias tibetanas sino para las audiencias chinas” dijo Barnett. El gobierno, siempre preocupado por la estabilidad “puede usar el ejército para controlar o suprimir los seis millones de tibetanos si ellos no están de acuerdo con la elección de China para el Dalai Lama, pero ellos no pueden usar el ejército para forzar a un billón de chinos a estar de acuerdo”.
Según Michael Davis, profesor invitado de leyes de la Universidad de Hong Kong, China parece creer que “el problema del Tíbet desaparecerá si ellos desalientan a los tibetanos”. Pero el conflicto continuará porque “los tibetanos continuarán movilizando su oposición a las políticas chinas y China continuará costeando la política exterior”.
Él agregó: “Imagine la gente si China trata a su comunidad tibetana así, cómo tratará a otros vecinos que domine”
El vocero de China en la misión de las Naciones Unidas en Nueva York no respondió a repetidos pedidos de comentarios y llamadas a la embajada de Beijing en Washington no fueron respondidas.
Mientras ninguna persona con la que hablé tenía información alguna sobre la condición de Gendun Choekyi Nyima, es posible que el gobierno chino pueda verlo como una moneda de cambio en las estancadas negociaciones con el gobierno del Tíbet en el exilio.
“Sería extraordinario que China no se diera cuenta que ellos necesitan tener al joven desaparecido vivo en orden de conseguir más concesiones de los exiliados, si ellos van tan lejos como para tener conversaciones serias” dijo Barnett. “Pero al mismo tiempo, ellos tendrán que hacer algún tipo de compromiso con el Panchen Lama de los tibetanos, que significaría reconocerlo en algún papel secundario”.
¿Qué hay en ello para China?
“Yo creo que la ventaja es enorme” dijo Davis. El Dalai Lama, quien ha pedido autonomía para el Tíbet pero no independencia de China, “es seguramente el más razonable representante de la comunidad tibetana que ellos puedan encontrar” dijo. “Ellos deberían tomar ventaja de esto mientras puedan. El Dalai Lama es particularmente adecuado para ganar el apoyo popular tibetano para cualquier acuerdo”.
Desde la perspectiva de los exilados, Lobsang Nyandak Zayul señaló que “la mayoría de nosotros ha renunciado a la esperanza con la actual administración de Beijing”. Un nuevo compromiso con Beijing puede ser posible “una vez que ellos establezcan una nueva generación de líderes” dijo.
Si Gendun Choekyi Nyima está vivo y bien, una de las siguientes movidas de la China post-transición podría ser enviar fuertes señales a su pueblo, sus vecinos y a las potencias extranjeras:
La liberación incondicional de Gendun Choekyi Nyima, como los representantes del Dalai Lama la han pedido. O al menos permitir una comisión neutral que se encuentre con él para confirmar su buen estado.
El nuevo liderazgo de China puede aprovechar la apertura y la señal de un cambio político en las conversaciones con los exilados, y discretamente plantear como una posibilidad que Gendun Choekyi Nyima podría ser liberado en cualquier conversación.
Por supuesto, el enfoque sostenido de los medios de comunicación en el caso podría hacer que China considere los impactos en su reputación en el extranjero.
Numerosos factores que intervienen en el tratamiento de China de sus comunidades periféricas perturban a los vecinos de China, así como a potencias como Estados Unidos y la Unión Europea, por lo tanto el statu quo parece llevar costos significativos. Si China está pronta para asumir su papel como una gran potencia en el escenario del mundo, con un nuevo liderazgo, debería aceptar las responsabilidades asociadas, incluyendo el estado de derecho en casa.
China puede comenzar con información creíble sobre Gendun Choekyi Nyima.-
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